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Protexer o invisible
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Conoce al autor
As palabras que move o mar
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Libros relacionados
Los bares del diablo
Después de haber agotado la primera tirada, por fin llega esta nueva edición, revisada y ampliada, de la obra que supuso el debut literario de Natacha G. Mendoza.
Un libro de relatos extremadamente compacto, con la reconocible y excepcional voz propia de la autora, en el que condensa, apoyándose en su precisa economía de palabras, atmósferas oníricas y tangibles de noche y dolor, decadencias parpadeantes y mundos tan reales como un espejismo. Nos arrastra por un sinfín de bares, que a la vez son un solo purgatorio, donde el diablo no deja de ofrecernos su mano, y en los que la narrativa de Natacha provoca que juguemos a rozársela con ganas de que nos agarre y nos consuma en un infierno que, en la mayoría de los casos, portan ya dentro de sí los protagonistas de las historias: almas desnortadas, heridas y vacías, que buscan en la oscuridad, en la tristeza de algunas notas perdidas y en el rojo de los neones, una redención, la materialización de un amor quimérico, o simplemente el fuego impío de algún alcohol derramado en un vaso.
Un libro incomparable e hipnótico de Natacha G. Mendoza, tan único y potente que resulta impropio de una primera obra.
Infierno grande
INFIERNO GRANDE – 10 CUENTOS PUEBLERINOS. (Deletreo, Montevideo, 2021).
En este libro, Daniel Abelenda entrecruza la memoria autobiográfica (tamizada por el tiempo y ficcionada) con el relato policial y hechos de la Historia Reciente del Uruguay. El protagonista-narrador es un joven periodista local, a la vez testigo y curioso investigador de historias de pueblo chico, donde aparentemente «no pasa nada».
Todos los cuentos transcurren en una pequeña ciudad del Departamento de Colonia, en la década de 1970 y comienzos de los 80. Tiempos duros, oscuros…
Sin embargo, Julio Cortázar nos recuerda que: «escribir puede corregir la parte más dolorosa de nuestro pasado.» Es lo que hace David Altman, alter ego del autor: evocar.
Historias mínimas
“Historias mínimas” es un conjunto de relatos potentes, que se van hilvanando inteligentemente para formar un todo sin fisuras. Se combinan estilos, narraciones en primera persona con otras en tercera, pensamientos íntimos con historias cotidianas, metaliteratura, y microrrelatos numerados que se van intercalando certeramente entre el resto de prosas, concediendo espacios de respiración muy meditados.
El verano ya no está aquí
El verano es un estado de ánimo, al menos para los personajes que transitan por las páginas de estos once relatos. En algún momento quedó fijado en sus sueños como el territorio de todas las posibilidades, esa región fronteriza donde parece que todavía pudieran escapar de la eterna insatisfacción de la vida. Frágiles y soñadores, todos ellos viven anhelando una vida que no tienen, deseando huir de una realidad que los asfixia, dejándose arrastrar por la ensoñación de una plenitud que lo cotidiano les niega.
La persecución del verano se convierte, a lo largo de estas historias, en una sucesión de viajes, a veces deseados, a veces temidos, siempre frustrados en alguna medida. La epifanía aparece tan solo en los gestos más sencillos y en los momentos más insospechados y, cuando lo hace, es un destello efímero del que apenas queda constancia.
Valiéndose de una voz intimista que oscila entre el azul más luminoso y los tonos sepia, la autora nos adentra con magistral sutileza en el territorio de las desilusiones y las expectativas, desde los descubrimientos de la infancia a los desvelos de la vejez, en una sucesión de historias que nos interpelan y nos hacen preguntarnos: ¿Dónde quedó nuestro verano?