Libros

Y comeremos perdices

Los relatos de Eduardo hablan de lo que no se habla, saltan más allá del banquete de las perdices del que cojea todo final de cuento. Porque nadie te contó qué fue del príncipe azul tras su casamiento con la bella durmiente de uñas doradas, él nunca había importado en la historia. Nadie te habló de ronquidos, insomnio y desesperación como verdadero colofón de las historias. Y es que las relaciones no son blancas o negras como las pezas de un ajedrez, poseen colorido y desprenden olores difíciles de ocultar.

Después de la piscina

Después de la piscina es una aventura íntima, en la que conviven el recuerdo y la ficción. Se trata de una colección de cuentos llenos de vitalidad, que hablan sobre las relaciones con la familia, la naturaleza, el mar, los libros. Todo sucede en un después: después de una experiencia íntima, después de una pérdida.

La protagonista es una mujer corriente que en un instante cae en el encanto de un mirlo en una rama, de una barca que se acerca a la orilla. Acontecimientos que le permiten ser diferente, ver las cosas de otra manera. Basta un cambio de color, un cambio de luz, para sentir que estás vivo.

Los intrusos

Para Paul Brito, en toda narración siempre aparece un intruso, quien es el detonante de su acción y sus conflictos. Esta noción, dice el escritor barranquillero, la descubrió a través de la creación de cuentos y en la presencia de este recurso narrativo en relatos y novelas de la literatura y de la misma historia universal.

Es la misma noción que atraviesa a Los intrusos (Lugar Común), la colección de cuentos de Brito que fue ganadora del Premio Nacional de Libro de Cuentos de UIS (2007). El libro está compuesto por 15 cuentos. Uno de ellos, «El crimen del siglo», recibió el primer puesto en el XV Concurso de Cuentos «Noble Villa de Portugalete» (Vizcaya, España). Por otra parte, algunos de ellos han sido traducidos al inglés, portugués y bengalí, y seleccionado para diversas antologías.

En Los intrusos la realidad se ve trastocada por pequeñas rupturas cotidianas: un policía jubilado se encuentra con dos ladrones en el bus en el que viaja y debe decidir si actuar o no; Superman se enfrenta a una tormenta emocional a causa de las infidelidades y desamores de Luisa Lane; o un niño dibuja el infinito mientras un padre sospecha de algo maligno y aterrador en su conducta, de acuerdo con los comentarios de la contraportada.

“Algo importante que aplica Brito en su trabajo, y que muchos olvidan, es que la literatura es un juego. Las palabras, figuras, etc., no reemplazan la historia que cuentan, uno se olvida de ellas (de las palabras), porque están al servicio de una historia entretenida”, destaca el escritor John Jairo Junieles.