El servicio militar y la guerra de Angola fue un periodo que marcó la historia de las mujeres cubanas como esposas, hermanas y, sobre todo, madres. La edad de las ataduras es un testimonio de esa época de aceptación, pérdida y cuestionamientos. Pero también narra otros conflictos que sufren las mujeres en Cuba y otras partes del mundo. Muestra a la madre como personaje, aparentemente distante de la primera línea de fuego. Es, pese a todo, una novela de amor.
Una novela de pequeño formato y gran intensidad. Amena y al mismo tiempo conmovedora. Con un dominio del lenguaje y un saber hacer que demuestra la capacidad y el oficio de Yunier Riquenes en materia narrativa.
Han dicho sobre el libro:
«En La edad de las ataduras hay un dominio del lenguaje, un saber hacer, que demuestra la capacidad y el oficio de Yunier en materia narrativa. [Es una novela] profunda en su sondeo del alma humana y a un tiempo ligera en su estructura, cosa que el lector siempre agradece», Daysi Cué Fernández.
«Sobresale en esta novela la capacidad de construir el discurso narrativo alternando el narrador en tercera persona que cuenta en pasado con el narrador en primera que cuenta en presente o tiempo real del relato»
,Yanelys Encinosa Cabrera.
Las mujeres de la novela «son lo concreto, lo cotidiano, lo tangible. Se enfrentan a la vida pese al miedo que aparece como una constante, como una fórmula física, como la gravedad misma. El miedo al hombre que acecha en una esquina, al hijo que no regresa, a las tentaciones, al fracaso, a la frustración, pero no a la vida.
Un miedo confeso que las distancia de cualquier equivalencia con las masculinidades», María Matienzo Puerto.