¿Y si a las miserias y al dolor humano se les pudieran poner voz? ¿Y si esa voz fuera femenina, punzante y sin tapujos?
Como una narradora omnisciente, la autora se rompe, sin prejuicios, ante el vuelo de los pájaros que nos acechan y ante cómo el pasado se convierte en un presente lápida.